Ventajas y desventajas de la apnea y la espiración forzada en el parto.

Cuando llega el momento del parto, la manera en que gestionas tu respiración puede marcar la diferencia. ¿Te interesa saber qué técnica te puede ayudar más? En este artículo, analizamos las ventajas y desventajas de las técnicas. ¡No te pierdas esta información esencial para un parto más controlado y eficiente!

Laura Buil Godia

6/29/20242 min leer

Durante la fase de expulsión, la manera en que la madre gestiona su respiración puede tener un impacto significativo en la eficacia de las contracciones y en el bienestar general de la madre y el bebé. Dos técnicas respiratorias comunes son la apnea (retener la respiración) y la espiración forzada (exhalar con fuerza de manera controlada).

Fuerza en apnea

Ventajas:

1.
Mucha potencia: Retener la respiración mientras se hace fuerza puede ayudar a concentrar toda la energía en las contracciones uterinas, aumentando la potencia del empujón por lo tanto resulta una técnica muy eficiente.

2. Coordinación con las contracciones: En la fase de la expulsivo es importante que la fuerza que realiza la madre se coordine con la fuerza de las contracciones: las apneas permiten una sincronía más fácil optimizando el esfuerzo.

3. Instrucciones claras: Las instrucciones de "aguanta la respiración y haz fuerza" son sencillas y fáciles de seguir, cosa que puede ser útil en momentos de gran estrés.

Desventajas:

1. Hipoxia: Retener la respiración puede disminuir el oxígeno disponible tanto para la madre como para el bebé, lo cual puede ser peligroso en algunos casos.

2. Presión arterial: La apnea puede aumentar la presión arterial de la madre, cosa que puede ser problemática para las madres con condiciones cardiovasculares preexistentes.

3. Fatiga: La apnea prolongada puede causar fatiga más rápidamente, lo cual puede dificultar las fases posteriores del parto.

Fuerza en espiración Forzada
Ventajas:

1. Oxigenación continua: Exhalar durante los pujos ayuda a mantener un flujo constante de oxígeno a la madre y al bebé, reduciendo el riesgo de hipoxia.

2. Reducción de la presión arterial: Exhalar regularmente puede ayudar a mantener la presión arterial de la madre en niveles más seguros.

3. Gestión del estrés y la fatiga: La espiración forzada puede ayudar a la madre a mantener la calma y a gestionar mejor el dolor y el estrés durante el parto.

Desventajas:

1. Menor fuerza: Exhalar mientras se hace fuerza puede resultar en pujos menos potentes, cosa que podría prolongar la fase de expulsión.

2. Coordinación: Puede ser más difícil para la madre coordinar los pujos con la espiración forzada, especialmente si está bajo estrés o dolor intenso.

3. Complejidad en el aprendizaje: Esta técnica puede requerir más práctica e instrucción previa, lo cual puede no ser ideal en situaciones de parto rápido. Destacar que hacer la fuerza sacando aire es el que la fisiología haría. Por lo tanto en un contexto de parto natural sin anestesia sería la técnica de la espiración forzada la que se realizaría. Hoy en día, la mayoría de partos son con anestesia y por eso es una técnica que se considera más compleja.

La decisión entre utilizar la apnea o la espiración forzada durante el parto tiene que basarse en las preferencias individuales de la madre, las recomendaciones del personal médico y las condiciones específicas del parto. Algunas madres pueden encontrar que la apnea les proporciona la fuerza necesaria para los pujos finales, mientras que otras pueden preferir la espiración forzada para mantenerse más relajadas y oxigenadas. Es importante que las madres practiquen ambas técnicas durante las clases de preparación al parto y reciban un asesoramiento adecuado respecto el que sería más seguro y efectivo para su caso.

Recuerda que parir es un acto biológico y natural del cuerpo por tanto ¡el instinto siempre manda!

Amanda Greavette - Mar de amor